En este espacio intentaremos responder a las inquietudes que todas tenemos al momento de decidir por la desescolarización, llámese homeschooling o unschooling.
¿Desescolarización para qué?
Por Juan Pablo Andrade
Sin partir desde dogmatismos, desde tendencias, desde exclusivas particularidades, ni desde posturas políticas de gobernanza, la exigencia y cumplimiento de derechos desde el núcleo (aún) primario de la sociedad, la familia, se establece necesidades por ser atendidas, nuevamente, lejos de lo prioritario material, aunque no necesariamente humano. Tales dictámenes que se nos presentan en cascada desde cúpulas administrativas, directivas o sociales no permiten definir un panorama alternativo para opciones de desarrollo humano que partan de propuestas sociales sencillas, a la vez que trascendentales y de profundo compromiso.
Desde estos aspectos a tomar en cuenta, la desescolarización como proceso de transformación y respuesta a la dinámica social imperante, pone bases en profundas convicciones y apegos a aspectos humanos que han definido nuestra manera de proceder y desarrollarnos desde los inicios como especie gregaria, como comunidad, como «civilización».
Plantear conceptualmente el proceso de desescolarización es representar una amplia gama de aspectos que van desde un simple sentimiento de apego, hasta una discusión filosófica sobre el propósito humano en la vida. Es replantear, o mejor dicho revisitar ideales sociales en respuesta a brechas de desigualdad y exclusión vigentes y tangibles. Hay que crear opciones de diálogo constructivo hacia el reconocimiento y mejora de este tipo de prácticas como forma de convivencia y de adecuada inclusión a las diversas realidades que hoy más que nunca, y mañana más que en el presente, se crean y moldean de la misma forma en la que se desarrolla la sociedad.
Nos reconocemos en nuestro compromiso dentro de la sociedad, y es por ella que nos reconocemos en los derechos que nos acompañan, para que en base a estos podamos generar adecuadas y buenas prácticas no solo de educación, no solo de aprendizajes, no solo de enseñanza, sino de convivencia y de generar comunidad.
Lo que se nos presenta hoy no es nuevo en los procesos de desescolarización pero sí es propuesta para ejercer libremente el verdadero acceso a una educación.
¿La socialización? ¿Para qué?
Por Karina Rodríguez
Esta es una de las preguntas frecuentes que recibimos y, siendo sinceros, nosotros nos la hicimos alguna vez. Cuando añadimos el «¿para qué?» resulta interesante descubrir lo que se dice sobre la socialización. Por ejemplo, en una página de psicopedagogía, señala que la socialización es un proceso mediante el cual el individuo adopta los elementos socioculturales de su medio ambiente y los integra a su personalidad para adaptarse a la sociedad. Dicho en otros términos, socializar es el proceso por el cual el niño, aprende a diferenciar lo aceptable de lo inaceptable en su comportamiento. Se espera que los niños aprendan, por ejemplo, que las agresiones físicas, el robo y el engaño son negativos, y que la cooperación, la honestidad y el compartir son positivos.
Por Juan Pablo Andrade y Ma. Eliza Acosta
Existen posiciones, caminos, tendencias, cuestionamientos y postura educativas, políticas y sociales que definen distintas formas de educación fuera del ámbito escolar.
Hay que entender que así como vivimos procesos de adaptación a las diferentes etapas de nuestra vida, también, las personas o familias que deciden salir del ámbito escolar llevamos nuestro proceso. A este proceso lo denominamos desescolarización, ya que no solo lo atraviesan nuestrxs hijxs sino todos los miembros de la familia alrededor de esta vivencia.
Desde los años 60’s fuertes corrientes de crítica al sistema escolar hiperestandarizado comenzaron a tomar fuerza y a estos procesos se los denominó teorías de desescolarización de la cual se derivan muchas otras formas en las cuales entender la educación. Es difícil establecer una línea de dónde comienza los espacios desescolarizados o exactamente cómo se organizan todas las tendencias de desescolarización.
Principalmente establecemos la posición de las familias en crítica y con propuestas alternativas a la educación formal propuesta por el estado que responde a intereses del estado de paso.
La tendencia de desescolarización que prescinde de esas guías de formación se la denomina Unschool, dada la traducción al español los términos deschooling y unschooling terminan abarcando lo mismo, aunque el unschooling proponga dejar a un lado un currículo establecido y confiar en la capacidad y necesidad de los niñxs de aprender.
Varios autores describen diferentes visiones por las cuales acercarnos a estos temas, que como objetivo es responder a las falencias que presenta la educación escolarizada. Algunos de ellos a saber, John Holt, Iván Illch, Mcluham, P Goodman, y un investigador que plantea estudios actuales Igelmo Zaldivar.
En si hay familias que optan por el homeschool y pueden optar por seguir un currículo, ya sea el propuesto por el estado o por instituciones que lo facilitan, en el caso de Ecuador son instituciones de carácter internacional que presentan mayor flexibilidad, dejando a criterio de las familias la forma cómo la van cumpliendo.
Las motivaciones de las familias por la desescolarización son diversas y partiendo de estas motivaciones se definirá si el homeschool es con o sin una guía curricular.
¿Por qué optamos por el unschooling?
Por María Eliza Acosta y Juan Pablo Andrade
Hay que entender que todo el espectro de alternativas educativas parte desde la reforma de la escolarización misma. El ´unschooling´ al provenir desde una lógica distinta, la desescolarización justamente; viene a ser una opción que permite el aprendizaje natural, que devuelve la responsabilidad de sus procesos educativos a quien aprende.
El aspecto que nos interesa en esta explicación va encaminado a los niños y niñas. De esta manera, el unschooling se basa principalmente en confiar en las capacidades naturales de los pequeños, quienes en un entorno estimulante pueden desarrollar todas las habilidades necesarias para una vida; siendo individuos proactivos, motivados y reflexivos.
Es evidente en este punto tener en cuenta los temores y retos que impone el acercamiento o implementación de este proceso de aprendizaje, que requiere un continuo espacio de reflexión.
Así desde sus inicios como propuesta educativa, John Holt plantea una crítica y reflexión sobre el sistema educativo, de esta manera pone en debate las prácticas comunes en la enseñanza institucional, y busca rescatar las formas intrínsecas que motivan el aprendizaje en las personas.
Los temores y retos se van aclarando en la continua convivencia y acompañamiento, que permite generar hábitos y formas en las cuales se crean ambientes educativos cada vez más productivos, ambientes que son resultado de una observación cercana al infante y que responde a sus inquietudes e intereses.
Es también un ejercicio constante de confianza en las capacidades a la familia nuclear y familia cercana, pero principalmente hacia nuestros hijos e hijas con quiénes compartimos y desarrollamos un camino. Es por ello que la alternativa educativa del `unschooling´ tiene el potencial de contribuir al florecimiento de los seres humanos al no restringir su aprendizaje a la guía de un contenido esperado y fragmentado e impuesto.
Esta es una breve descripción de nuestra interpretación y motivos por los cuales hemos escogido el unschooling.